Setecientos treinta

Esos son los días naturales que, hasta hoy día 15, llevo trabajando en mi actual curro. (Para los que lean esto recién levantados, vienen a ser dos años.) Como somos de esta manera, pues siempre tendemos a aprovechar estas fechas para mirar hacia atrás y pensar cómo éramos y cómo somos, y evaluar si estamos avanzando o no en nuestra vida.
Hace dos años yo era un absoluto yogurín, apenas sabía nada del mundo laboral, pese a que tenía ya casi un año de experiencia. Tuve la suerte de empezar en una empresa que me ha robado muchas cosas, pero a la que sobreviví. Y como dice el dicho "Lo que no te mata te hace más fuerte".
La cosa es que en ese año solo había aprendido lo que no quería hacer en la vida. Los únicos modelos de los que había podido copiar era gente que se aferraba al trabajo para justificar su existencia. Gente que con la esperanza de unas vacas gordas venideras, pasaba los mejores años de su vida privándose de ver a sus hijos crecer o incluso de ver la luz del sol en el mes de Julio (salvo un rato a la hora de comer).

En cuanto pude salí de allí y me presenté a hacer una entrevista para un departamento de I+D. ¿Qué podía aportar yo? Nada más que muchas ganas y una experiencia totalmente inútil. En la entrevista respondí con sinceridad, no sabía hacer lo que me pedían. Me fui de las torres KIO con la seguridad de que no volvería a pisarlas. Pero tres días más tarde el puesto era mío.
Y con esa sensación de no estar a la altura me planté hace setecientos treinta días en la puerta. Conocí a mi "Alter Ego" Dkeovkiel y enseguida hicimos equipo, apareció el Disquete Enmascarado a saludar y enseñarme donde escondían los chocobollos, y en cuanto empecé a llevar tupper para comer allí me encontré rodeado de un montón de gente de la que aprender todo lo que me faltaba en lo laboral y con los que complementarme en lo personal.

Uno de los mejores momentos ¡Atentos al depredador de pasteles!

De todos aquellos, ya solo quedamos apenas media docena en la misma empresa, a la que se han sumado fichajes muy a la altura en lo humano y en lo friki. Con los disidentes seguimos viendonos, compartiendo ratos, risas, problemas, hormonas, sueños, dudas y chocobollos. Y en los ratos que nos quedan libres, curramos, ya sea en Madrid, Pozuelo, Alcorcón, Alcobendas, Milton-Keynes, Dubai o Rio de Janeiro. Solo por ellos, valen la pena todos y cada uno de estos 730 días. A todos, gracias por enseñarme lo que verdaderamente importa en el binomio compañero de trabajo.

8 comentamientos:

Anónimo dijo...

Vaya, no he podido evitar soltar la lagrimita... Creo que no hay forma de expresarlo mejor que como lo has hecho. A fin de cuentas, con la gente del trabajo terminas pasando más horas que con la propia familia, así que es una verdadera suerte que te toquen buenos compañeros.
Por cierto, el vídeo buenísimo: no recordaba la cara de Rubén comiéndose los pasteles con la mirada X-D

Anónimo dijo...

¿¿Qué es eso de publicar mis vídeos sin mi permiso?? :P Bueno, vale, solo sea por ver la cara del Ruben comepasteles :D

La verdad es que si que ha pasado tiempo, mucho tiempo aunque parece que ha sido un suspiro. El 3 de noviembre de este año también yo debería haber hecho 2 años en las tierras I+Dienses pero, la disidencia hizo estragos unos meses atrás.

Qué decir, llevo ya dos empresas más desde aquellos momentos, y en ninguna me he sentido tan agusto como en esa... Snifff, que recuerdo :_(

Patch dijo...

Yo cumplí ayer tb dos años de trabajo en la misma empresa.

Te digo una cosa: que nos quiten lo bailao

Anónimo dijo...

sniiif, creo que se me ha metido algo en el ojo. Que inolvidables momentos en la Kio. Y echo de menos el momento tupper, no se por que, pero ir de menú no es lo mismo...
¡Feliz aniversario!

Anónimo dijo...

Mierda, me he puesto nostálgico!!

Felicidades?? por el aniversario :P

Anónimo dijo...

La verdad es que, de vez en cuando, qué bien nos lo pasemos, Ucedaman... Eso sí, después de ver este aterrador documento, procuraré no cruzarme nunca con Rubén por los pasillos... Me es imposible apartar de la mente esa mirada digna del mejor/peor de los psicópatas...

Anónimo dijo...

Esas horas de la comida... esos correos... esas frikadas sin descanso... (suspiro)

La verdad es que nos reimos mucho en esas oficinas, a veces por no llorar y otras por felicidad.

¡Que sepáis que cuento con todos vosotros para cuando tenga La Idea para negocio propio!

Anónimo dijo...

Snif, snif...............de verdad, te iba a echar la peta por subir mi video de zampabollos a Internet, pero lo cierto es, que despues de leer tu parrafada, casi se me saltan las lágrimas...que bonito, si señor!! Ójala tengamos compañeros como tu cuando abandonemos el nido de Ydilo.........