Suma y sigue

De nada sirve intentar evitarlo, ni fingir, ni mentir, ni intentar huir. 365 días más tarde, llegó otra vez mi cumpleaños. Esta vez con funestas consecuencias. especialmente para mi carnet joven.

Y es que aunque el año pasado por estas fechas me preocupaba la rima que me podrían hacer cuando me preguntaran por mi nueva edad, este año, que el número es mucho menos carismático las preocupaciones son algo más reales.
Supongo que no es achacable a la edad sino al perocupante exceso de actividades sociales que programo a la semana. Pero llega el fin de semana y cuesta horrores encontrar vitalidad para hacer nada, lo del tenis sigue provocando agujetas... Vamos, que hay días que uno se siente superviejuno.


Sin embargo, por otro lado esta viejunidad da pie a un sentimiento de responsabilidad creciente. Y me gusta. A estas alturas de la vida uno ya tiene que empezar a pensar en buscarse un espacio propio con cierta urgencia, un lugar donde tener un salón para jugar a la Wii, una cocina para prepararse las espinacas y el queso fresco... Esas cosas. Repasando lo bueno y lo malo que hay en mi circunstancia actual, parece que una casita será el propósito para los 26.

De lo que queda atrás, pues la verdad es que los 25 han sido espectaculares. Creo que podría decir que ha sido mi mejor año, curro nuevo, mil viajes, mil amigos, mil experiencias, conciertos, fiestas. Y lo bueno es que esto no es algo que yo haya buscado, sino algo que toda la maravillosa gente que me rodea me ha puesto en bandeja. A todos ellos, ojalá pueda compartir con vosotros este nuevo año que me cae, y que podais estar en la celebración de los 27, dentro de aproximadamente 363 días.

2 comentamientos:

Anónimo dijo...

Algún día conseguiré estar en uno de tus cumpleaños, ¡¡pardiez!!

Anónimo dijo...

Saludos de otro Sagitario que cumplió hace un par de semanas los 26.