Una (m/h)uesca en el rifle

Me estoy empezando a acostumbrar a esto de escribir a 300Km/h. La verdad es que últimamente los únicos ratos que tengo para sentarme y reflexionar son en un tren. Ya sea rodeado de gente en un cercanías de casa al curro (o viceversa) o atravesando como una exhalación las vías que separan Zaragoza de Madrid.

Y es que estoy de vuelta de un nuevo viaje relámpago laboral, y esta vez con destino y medio nuevos. Hoy las tareas me han traido a Aragón (hijo de Arathorn Padre de Fernando el católico), y para ser preciso, a Zaragoza y Huesca. Cuento como nuevos un destino y medio, porque pese a que ya mis labores señalaron Zaragoza como destino a finales del pasado año, ese día no tuve la oportunidad de patear las calles de la capital del Ebro.

Alrededores de Huesca, tal y como los ven en Fortificaciones


La verdad es que igual debería decir destino y cuarto, puesto que ya era de noche para cuando he podido dedicarme esos minutos de ocio y además lo poco que iba a ver, que era la Basílica del Pilar estaba cubierta de andamios, como prácticamente la mitad de la ciudad. Se está poniendo guapa para la Expo que comienza en Junio, pero sinceramente, deberían darse prisa porque el tiempo corre muy rápido y hay cosas bastante sin acabar.

Lo que era completamente nuevo para mí era Huesca. Nunca había subido más al norte de la A-2 y aunque el tour por la ciudad solo ha incluido la estación de Autobus/tren y un polígono industrial, sí que he podido admirar el paisaje que la rodea. Especialmente el principio de los pirineos, donde ya se adivinan montañas escarpaditas y bastante altas. Ahora que conozco el camino, habrá que plantearse una escapada para perderse entre ellas...

2 comentamientos:

Anónimo dijo...

Hmmm, ¿no has pensado en pedirte unas zapatillas con alitas? :P

Brie dijo...

Anda, titi, tás hecho un Willy Fog :D Yo no he estado en Huesca, pero en Zaraguay sí, me gustó mucho :)