Carretera abajo

Para no dejar libros a medias durante el periplo nipón, ni picarme con alguno y verme obligado a acarrearlo para amenizar las 30 horas de vuelo que me esperan, hace unos días cogí uno de los finitos de la estantería de pendientes. Y me lo he terminado justo a tiempo. Se trata de "La Carretera" de Cormac McCarthy.

La carretera es la ruta que un padre y un hijo han de seguir en su viaje hacia el sur. La carretera atraviesa montañas, ríos, campos y ciudades, pero en ninguno de ellos existe ya vida. La carretera está rodeada a izquierda y derecha por ceniza de un mundo calcinado por razones que no vienen al caso. La carretera la recorren hombres y mujeres sin esperanza que sólo tratan de sobrevivir en un mundo devastado, en el que no queda rastro de vida, y mucho menos, rastro de civilización.


Pese a su delgadez, la carretera es un libro denso. Está escrito a base de párrafos breves y concisos, que disfrazan los diálogos de monótona narración. Ésta manera de ir desenrollando poco a poco la historia va embaucándote y te mantiene deseando saber más y más. Tiene partes "disney" como yo digo, en las que los personajes se salvan milagrosamente, pero el tono de desolación es tan enorme que se agradece que el autor ilumine la novela con tenues rayos de esperanza.

No he leido ni visto adaptaciones de la obra de Cormac McCarthy (Todos los caballos bellos o No es pais para viejos), pero al parecer suena a nobel de literatura y precisamente por "La Carretera" se llevó un Pulitzer. La verdad es que creo que estamos ante un libro que hay que rumiar un poco entre su finalización y su opinión. Aún no sé si es un relato decadente, o una metáfora de la fragilidad del hombre... lo que tengo claro es que no deja indiferente, y quizá es eso lo que hace bueno un libro.

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