En huelga de hambre

El sábado por la tarde tengo una boda. Hasta ahí bien. Hay que plancharse un traje, elegir camisa y corbata a juego y lustrar los zapatos. No problem.
Diferencia. La boda es en Galicia, así que a los preparativos estándar hay que añadirles unos pasos adicionales. Idem est, revisar el coche para el viaje, meter el traje en una funda y el más importante e ineludible de todos: Dejar de comer.

Ya os conté cómo fue el anterior festejo de este estilo al que asistí. Ocho platos de proporciones pantagruélicas y calidad excelente, un ambiente de lujo y buen rollo generalizado. 5 horas de cena (medidas desde la primera cigala y el último helado) que dejaron mi sistema digestivo como el de una oca en el sur de francia.

Este es el perro al que echaban las sobras
De ahí que en previsión de que en esta ocasión el asunto alcance cotas parecidas voy a proceder a comerme un yogur natural, y a irme a la cama. Mañana, además de currar por la mañana y conducir 600Km por la tarde, habrá que ayunar como un monje en cuaresma de cara a que todo lo que esté por llegar el sábado sea bien recibido.

La consecuencia es que desde ahora quedo más o menos ofline hasta la noche del lunes o más bien ya el martes. Para ese entonces ya habré digerido ya los entrantes y estaré de vuelta en Madrid.
Cuidaos y pasad buen fin de semana. Si os portais bien os traigo una zamburiña.

1 comentamientos:

Brie dijo...

Acabo de caer que si te escribo en feisbuc aquí no sale :D Pobre perraco, parece un oso! Y lo dicho... internet móvil!! que parece mentira... ;)