Tomarse la tarde libre

Hay gente muy maja en todas las empresas que por razones de, digamos, alineamiento previsor (ergo, ponerse al lado del jefe por si cae algo) ignora aquello que recomiendan todas las asociaciones sociolaborales y el sentido común, que es conciliar la vida laboral y la personal. Hay quien parece que directamente lo entiende mal y concilia la vida laboral y la profesional (¡Qué es lo mismo!) y hay quien para su desgracia, no tiene clara la línea que separa una de la otra.

Así pues se ven casos desde gente que no se va a casa a su hora porque no tiene nada mejor que hacer que estar con sus compañeros de curro, a gente que no se va hasta cinco minutos después que el jefe, aunque esté en su sitio masajeandose el escroto y viendo videos en Youtube, pero aparentando.
Una de las frases favoritas de este último especimen es el "Qué, ¿te tomas la tarde libre?", que es una manera jocosa de decir "Jefe, atento, que este sindicalista se larga. No como yo que soy guay y siempre estoy aquí para reirle las gracias y lamerle el orto". He oido como me decían esa frase a las seis y cuarto de la tarde, (sin razón y sin gracia, pero de manera comprensible) y a las diez y media de la noche (tras 13 horas y media de trabajo). Así que la he cogido un poco de asco.

¡Solo faltas tú!

Hoy he empezado a disfrutar de la jornada intensiva de verano, por lo que ahora literalmente, me puedo coger todas las tardes libres, le pese a quién le pese. Pero luego acabas siendo el más tonto y te quedas. Porque te puede la responsabilidad, o porque los marrones se han acumulado de manera preocupante o por mil razones que te sorprenden cada día. Pero es que hoy he sentido la más nueva para mí de las situaciones. Por solidaridad.

Ahora donde trabajo hay "castas", hay diferentes convenios para los trabajadores fijos y los becarios, por ejemplo. Solo a unos les pagan la comida, solo unos tienen la tarde libre en verano... etc... Y hoy cuando me iba a media tarde (porque siempre acabo regalando una horita, no sé como me las apaño) veía a la gente quedarse en una oficina medio desierta, con unas caritas de circunstancias que me sentía hasta mal por mi "condición".
Así que aunque se que no vale para nada, pero ¡llamo a la igualdad! Trabajadores del mundo ¡Tomaos la tarde libre! Y al que le moleste, que se quede si quiere, pero que no olvide que es una decisión personal y que no tiene por qué imponersela ni por la fuerza ni por la ironía a sus compañeros.