El opio del pueblo

Arranca de nuevo la liga de Fútbol, y vuelve la sensación de que en este pais se hace deporte. Vuelven los debates del lunes por la mañana sobre sí era o no penalti o era o no fuera de juego. Ya dejamos atrás el desierto deportivo que es el verano en el que las portadas de los diarios deportivos se llenan de rumores sobre si el representante de fulanito se ha ido a comer con menganito. Ahora llegan las noticias de verdad.

Lo triste es que mientras se derrochaba tinta en anunciar a toda página que la estrella del momento "no descartaba" su fichaje por su equipo favorito, había que viajar hasta la página 30 para descubrir que la Selección Española de Voleibol se proclamaba por primera vez en la historia campeona de la liga Europea, o que la Selección de Hockey Hierba se metía en la final del Europeo y puede conseguir su segundo campeonato consecutivo. Pero eso son deportes de segunda, y parece que no hay esperanza de que la cosa cambie.

De todas maneras, he de rendirme a la evidencia y reconocer que durante los 11 meses que nos esperan de Fútbol non-stop (porque cuando acabe la liga este año toca Eurocopa) voy a estar con un ojo puesto en los partidos y clasificaciones. No por interés, porque luego acaba la temporada y apenas habré visto un partido, sino por involucrarme en esa competitividad y disfrutar con la alegría de los humildes (como el ambiente en Getafe el día de la final de copa) y reirme de las depresiones de los que no terminan de entender que el dinero no puede comprarlo todo.

Si fueran así los partidos me los tragaba todos...

Resumiendo, que vuelve el fútbol y con él un aliciente para pasar las aburridas tardes de domingo en las que no haya nada mejor que hacer. A ver si este año para variar mi Atleti consigue que hoy le dé la bienvenida a la temporada con una sonrisa.
Lo tiene todo a favor, así que nos caeran seis o siete...