Que no estaba muerto, que no...

En ocasiones, la gente me sorprende gratamente. Cuando piensas que a todo el mundo le da exáctamente igual todo lo que no vaya en su propio beneficio, y que nadie mira más allá de su propio ombligo, llega alguien y te devuelve la sonrisa.

Hace una semana lloraba por la disolución del insigne Cholote F.S., el equipo de Fútbol sala que nos servía de excusa para quedar los sábados por la tarde y tomarnos unas cañas. El motivo de la desaparición, el habitual en estos tiempos: crisis, paro, y falta de liquidez para pagar las fichas. Pero no las fichas de los jugadores (es decir, las nóminas), lo que faltaba era dinero a los jugadores para pagar su propia inscripción. Eso, sumado a las bajas por lesion de larga duración, y a los jugadores que cambian de aires nos dejaba a 6 personas para formar el equipo. Claramente insuficiente.

Así pues, con las caras largas se pasó la semana, echando de menos enfundarse la elástica verde y correr detrás del balón repartiendo y esquivando tabacas.

Hasta que el viernes, sonó un teléfono.

Resulta que uno de nuestros fans, reacio a verse privado de nuestro espectáculo el año próximo, se las ha apañado para financiarnos hasta septiembre, y dar dos meses de margen a los que no podían pagar ahora. De manera que una vez entregadas todas las documentaciones y formalizadas las altas de 3 cholotistas nuevos, empieza el año 2 de vida del equipo.

Además de las caras nuevas, cambiamos también el turno de los encuentros, pasando a disputarlos los domingos por la mañana. Confiemos en que no haya controles Anti-doping, porque me parece que alguno ira a más de un partido con alcohol de más en las venas.

Pero dejando al margen de lo deportivo, quiero hacer hincapié en lo significativo del gesto de este señor, que ha hecho lo imposible (o mejor dicho, lo poco probable) para ver al Cholote ganar.

¡¡¡No te defraudaremos!!! No más que el año pasado, por lo menos...