La luz al final del Octubre

Va a ser verdad eso que dicen de la edad, aunque yo apuesto por el sedentarismo. La cosa es que yo he tenido épocas más o menos igual de movidas que esta y no estaba tan destrozado. Una de las explicaciones que se me ocurre es que por aquel entonces vivía con papá y mamá y no tenía más preocupaciones que acordarme de poner a cargar el móvil. No sé si será eso, que me estoy haciendo mayor, o que antes lo hacía más a menudo y le había cogido el ritmillo, pero la cosa es que el mes de Octubre que me he montado me está pasando factura.

Los dos viajes extranjeros, el viaje nacional, la vuelta a la disciplina deportiva y los constantes eventos sociales, hacen que del 9 de Octubre a hoy apenas haya tenido un par de días seguidos de calma. Además, el trabajo es tan motivador y estimulante que hasta el rato de oficina se hace pesado y especialmente agotador, y te hace llegar a casa sin ganas de nada que no sea dormir, y eso es lo que ha estado pasando las noches de esta última semana.

Pero mañana arranca un nuevo capítulo de Willyfoggismo, poniendo rumbo de nuevo a la gélida Franconia, donde estaré hasta el jueves. Y cuando vuelva SE HABRÁ ACABADO. Tras un viernes de transición, llegará el sábado, día de descanso al que le seguirá el domingo ¡y el lunes! Este fin de semana largo pienso pasármelo en casa durmiendo, jugando a la Wii, subiendo fotos al blog, pintando miniaturas o lo que sea, pero desde el confort del hogar, que tan poco piso -y tan poco cuido- últimamente.

Una vez dicho esto, ¿alguien se lo puede explicar al pequeño demonio que desde mi hombro me susurra que se muere de ganas de pasárselo tan bien como este mes en todos los meses que se pueda? Especialmente cuando me dice que este último fin de semana es como deberían ser todos. Corro el peligro de darle la razón.

2 comentamientos:

Black Hole dijo...

¡Cuenta salamandras cuando te hable el del hombro! ;)

Brie dijo...

Supongo que la clave está en encontrar el equilibrio, pequeño melenudo :D