Quejarse

Las espadas están en alto. Parece que el nuevo texto que ha salido a la luz sobre los cambios en las ingenierías informáticas y sus atribuciones ha sido la gota que ha colmado el vaso y mi gremio ha decidido echarse a la calle a protestar. Puede que mi opinión sea descartable por que soy parte interesada en el tema, pero considero que era necesario hacer esto.

Pero no hay que hacerlo por el tratado de Bolonia, que es la excusa oficial. Esto tendría que haberse hecho hace ya tiempo, y no por culpa de las interpretaciones que alguien ha circulado de un texto, sino por los abusos que todos hemos sufrido en nuestras carnes.

Parece que el problema es que los telecos nos van a comer la tostada laboral gracias a este decreto. Pues no sé el resto de los informáticos en la sala, pero yo en todos mis trabajos como programador he tenido cerca a un teleco, y en ocasiones haciendo un trabajo mucho mejor que los ingenieros informáticos. Pero no hay que ir a papá llorando porque un teleco malo te ha robado el bocata. Hay que seguir aprendiendo y demostrar que uno es mejor por que está mejor preparado. Darwin resumió esto muy bien hace ya bastantes años...



En mi primer trabajo mi jefe de proyecto era matemático, mi jefe de equipo era diplomado en empresariales, y mis compañeros eran un físico, una química y un FP de informática. Eso es lo vergonzoso, que la gente que tiene los puestos relevantes no tiene ni puta idea del oficio, que los que saben (por no decir sabemos) estamos condenados a ser los que sacan las castañas del fuego a un mal diseñador, a un comercial ignorante y vendido, o a un jefe con la cabeza en las nubes.

Señores, hemos gastado varios años de nuestra vida en saber hacer BIEN lo que hacemos. Nuestra lucha no es sólo un día contra un papel vejatorio, sino cada día ante los múltiples menosprecios y agravios comparativos que se hacen a los ingenieros informáticos. Hemos de exigir en nuestro día a día que se nos dé la importancia que tenemos y demostrando nuestra categoría profesional por encima de todo.