Voleando voy, Voleando vengo

Pongamos las cosas claras desde la primera línea. Siempre he sido un zoquete para los deportes, desde pequeño. Siempre me elegían entre los tres últimos cuando se montaban los equipos en el recreo fuese para el deporte que fuese. Y lo sé y lo asumo.
Sin embargo, había dos deportes que en los que mi patetismo no era tan evidente, y eran la especie de balonmano raro que hacíamos en clase de gimnasia pero con Frisbee, y el voleybol.

Allá por el 1993 el Club Voleibol Alcorcón llegó a proclamarse campeón de la superliga femenina de Voleibol (y repetiría gesta al año siguiente), y aunque vagamente, pero recuerdo vibrar con los partidos en el Polideportivo Los Cantos. Eran los tiempos de Juana Hasuki y el voleibol estaba en auge especialmente entre la juventud. Todavía se jugaban los partidos a 15 puntos cada set, no existía la figura del líbero, los hermanos Falasca estaban empezando...
Desde entonces no había vuelto a ver en vivo un partido de Volley, hasta hoy...

La caja mágica acoge este fin de semana un cuadruple evento de la Liga Europea, un doble España-Croacia masculino, y un doble España-Bulgaria femenino. Al primero de la dupla de las chicas he asistido hace un par de horitas, con victoria para las nuestras, aunque con emoción hasta el quinto set. Una pasada volver a ver cómo se sincronizan los saltos de los bloqueos, las rotaciones, la tensión... Me mola esta deporte, leñe.

Aunque para variar sólo he visto con los dos ojos la mitad del partido, la otra mitad me he dedicado a verla sólo a traves del visor de la Nikon. Es bastante complicado lo de la fotografía deportiva. Me he traido 162 fotos y en la mitad hay algo desdibujado. Entre eso y lo rara que es la luz en la Caja Mágica... pero bueno. Lo importante, la victoria de España, lo que he disfrutado en la grada, conocer por fin la instalación quien-sabe-si-olímpica y, como siempre, vivir la experiencia.