
Las circunstancias de la historia han cambiado. De los primeros libros en los que lo que primaba era solucionar el problema de "ese curso" y sin descuidar la copa de las casas, pasamos a un entorno hostil en el que apenas tiene importancia la parte lectiva. Los malos no tienen condescendencia ni piedad, los hechizos no van a desarmar ni petrificar, sino que lo que se pronuncia son maldiciones de muerte.
Desde el primer fotograma se percibe que la atmósfera es gris, y casi todas las escenas estan apenas iluminadas. Si no fuese por los tonos rosas que ilustran las secuencias de amoríos adolescentes, la peli sería agobiante durante sus dos horas y media.
Los actores empiezan a coger forma (y las actrices también "formas") y la calidad interpretativa empieza a subir. Gracias a ellos y a los siempre enormes Michael Gambon y Alan Rickman la historia resulta creible, envolvente y cautivadora. Igual que el libro, por suerte.
Pero como decía al principio, cuando ya estás empapado de magia e implicado por la causa de los buenos o los malos, la peli se acaba, emplazándote descaradamente a la próxima media entrega.
Así que paciencia, hasta el año que viene...
4 comentamientos:
Yo le pillé un poco de manía a esta película por el énfasis de los amoríos...
Mira, a tal personaje ultra principal le ha pasado ésto... Y luego todos contentos y felices al finalizar la película ¬¬
Yo al principio no sabía si estaba viendo Harry Potter o Melrose Place, pero cuando se ponen al tema mola :)
A mí me pareció de las mejores de la saga a nivel de dirección. Pero a la historia le faltaba chicha... Incluso magia, aunque suene paradójico...
Habrá que verla... :D Jarri pota!
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