Recientemente os conté mi devoción por "Los caballeros de la mesa cuadrada" así que supongo que no será necesario explicar las ganas que tenía de que llegase a la capital esta obra. Tantas que sólo han pasado tres días desde su estreno y ya está en la lista de cosas hechas.
Pensé que la obra estaba únicamente inspirada en la película, que compartirían personajes y algún gag de los esenciales, pero no es así exactamente. El musical sigue el argumento de la película en sus líneas generales y reproduce escenas con total fidelidad, pero también incorpora multitud de números completamente nuevos y otros ampliando escenas ya conocidas. Todos, por supuesto, cumpliendo el estándar de surrealismo necesario para ser digno de los Monty Python.
Los actores lo bordan. Salvo el propio Arturo, los demás están constantemente cambiándose de ropa a una velocidad vertiginosa, y cantando más de la mitad del tiempo que pasan en escena. Mención especial merece la dama del lago, que tiene un chorro de voz que ya quisieran muchos cantantes famosillos de ahora. Y otro que no me hacía gracia alguna en "Noche Hache", poca en "La tira", pero lo borda en el musical: Fernándo Gil. Su interpretación del francés insultador es desternillante.
El último párrafo lo dejo para las recoemdaciones, pero en este caso no me hacen falta más que unas pocas palabras. ¡Id a verla YA! Vale cada uno de los (bastantes) euros que cuesta.
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