Una "avería" en el entorno de la estación de Fuencarral ha motivado que el tren circule con gente hasta en el hueco del extintor, pasándose las condiciones humanas para el viaje por el forro de los vagones. Tras el enésimo zarandeo -que hubiera provocado caidas de haber existido espacio suficiente para que alguno de los viajeros se cayera- el tren para en medio de la nada y mientras la lluvia cae en el exterior un viajero dice la frase que marca el viaje de todos los que la oyeron.
Y soportamos todo esto, para encima ir a trabajar...
1 comentamientos:
Y lo triste es que no me extraña... :/
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