Sombra aquí, sombra allá...

Hay a quien no le gusta, por vergüenza, un exagerado sentido del ridículo o la no capacidad de reirse de uno mismo, pero yo creo que lo de disfrazarse es una actividad recomendable para todo el mundo. Y mucho mejor si es en grupo. Porque no hace falta tener mucho tiempo, ni mucho presupuesto para salir vestido en carnaval. Con tener una buena idea y una buena colección de cachivaches por casa te apañas bien. Y si no, pues recurres a la tienda de los chinos que tienes en el barrio, que seguro que hay una y repleta de trastos.

Así que con un mono de trabajo, una mochila una metralleta galáctica y unos tubos, puedes hacerte un disfraz de cazafantasmas. Con unas cajas de cartón y pintura, una pieza de tetris. Con un delantal y nada más, un disfraz de pornochacha. Y hoy me han explicado como disfrazarse de muela, pero no lo repetiré aquí que esto lo leen niños.

Muchas veces lo que hace falta para disfrazarse es una excusa. Igual el día de carnaval no sales vestido raro porque no te aporta nada, pero si te dicen que te dan copas gratis, igual haces el esfuerzo... ¿no, borrachín? Pues este año por primera vez en mucho me he juntado con la idea y la excusa y al final esto es lo que se ha parido.

La excusa era una multifiesta de cumpleaños-inauguración-carnaval, y el requisito, ir disfrazado. La idea la puso Kikolín, que me saca un parecido cada mes, más o menos y se fijó en el capitán Jack Sparrow y su carisma, su magnetismo, su punto divertido... y cuando ya lo había descartado pensó "al menos es melenudo con barba" y me lo propuso como disfraz.

Así pues, compré tela marrón para las botas, tela azul para el chaleco y puse a mi madre a trabajar, que se lo ha currado mogollón la mujer. Compré una espada, abalorios para el pelo, una cinta, rebusqué por casa cinturones, y accesorios varios y ya veis el resultado. Un pirata del caribe, un poco descafeinado pero que daba el pego.

La putada, pues que estas cosas son de un solo uso. El año que viene seguramente esto no esté de moda y tenga que devanarme los sesos otra vez para encontrar algo apropiado. Pero yo la noche del sábado disfruté como un enano. Y que me quiten lo bailao... ¡Pero que no me quiten el Ron!

Quisiera ser un pirata, no por el oro ni la plata...