Pero se ve que a alguien con mano en las decisiones importantes (ya sabeis a lo que me refiero) un año jugó a la lotería con un número y se quedó a uno del premiado. Es decir, el gordo fue el número contiguo. Asi que supongo que este personaje imaginario cogió el teléfono, (o el telex, o el tamtam o lo que hubiere) llamó a su contacto en el ministerio de turno y dijo "Dame aaaaargo, payo". La clásica frase de pedir dinero al sur del paralelo 40º24'N...
Desde ese imaginario entonces, ahora en todos los sorteos gordos, cada premio reparte un pellizco al anterior y posterior.
¿Que les costaría regalar unas Keli Finder?
¿Todos? ¡Nooooooo! El maldito bombo de las pelotas (de las pelotas con números dentro para adjudicar los pisos alcorconitas, se entiende) tuvo a bien dejar salir al número 16981. Sí... exáctamente el siguiente al que yo "apostaba" en el sorteo. ¿Y me dan algo? ¡Nada! Ni un mísero trastero, ni una plaza de garaje... ¡hasta con un vale de 100€ en IKEA me vale! Aunque solo sea para gastármelos en 166 perritos calientes...
Asi que nada, a ver si la suerte me sonrie en el tercer y último sorteo, programado para la primavera de 2007. :(
4 comentamientos:
Como curiosidad histórico-folkórica, algo parecido a lo que cuentas con la pedrea pasó en la liga de fútbol.
La culpa fue del Cádiz: Sí, la liga de descenso fue una estratagema urdida por el presidente, don Manuel Irigoyen, para evitar el descenso directo. Gracias a ello el Cádiz la jugó muchísimos años y durante varios mantuvo la categoría. Hay rumores de que el pago de favores se trasladaron en pases vip para la final del Falla, pero como me lo estoy inventando (aunque no me extrañaría que fuera verdad), tomadlo con un grano de sal (o de pimienta o con ketchup o con lo que os mole)
Pardiez... yo le he hecho mil millones de vudús maligno al número siguiente... ¬.¬
Malditos sorteos... Ánimo, Ucedaman, que para la próxima esas cuatro paredes son tuyas...
Enorme lo del Ikea!!!
Todavía me acuerdo cuando un día un colega me comentó: "He encontrado un sitio en el que por un euro dan barra libre de cerveza y un perrito caliente".
La respuesta lógica era: "Estás de coña, tío"
"Que sí, que sí, que no te engaño"
"Pues vamos"
Y así pasamos una de nuestras mejores tardes en el Ikea de Sanse. Si no lo habéis hecho nunca os lo recomiendo. No tiene desperdicio.
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