¡Que ya te he oido!

Ya le dan un micrófono a cualquiera. Y un poder amplificador así requiere una gran responsabilidad.
Hoy volviendo en el tren iba la cosa bastante apretadita. Ya sabemos que es época de masificaciones (hablaré de ello otro día) pero es que hoy la masificación era tal que el conductor ha tenido que coger el micro de la megafonía del tren y decir. "¡Apartense de las puertas!".
¿¡Pero qué maneras son esas!? A ver, si no cabemos en el tren porque viene uno cada quince minutos y además de la gente viajan todos los paquetes navideños que portan ¿cómo vamos a apartarnos de la puerta? Y en cualquier caso ¿qué formas son esas? Lo suyo es "Señores pasajeros, por favor, dejen libres las puertas para que podamos proseguir la marcha" Si te lo plantean así aunque solo sea te encoges de hombros, pero con un "apartense" lo que te apetece es ponerte a hacer cortes de manga.

Yeeeeeeeeeh-jaaaaaaaa!!!!!

Pero la cosa ha seguido, porque después he ido al Toys'r'us a comprar un WiiPlay para tener dos mandos estos días de fiestas con los sobrinos. Pues a la que entraba me han llamado al móvil y no ha habido manera de hilar una frase sin que sonara la megafonía. Y anda que hablan bajito... Vamos a ver. Si tienes un micrófono ¡no hace falta dar voces! Es como la gente que habla con el movil y grita "¡¡Te oigo muy mal!!" Vale... pero el otro a tí te oía de maravilla mientras tenía tímpanos.
A lo que voy, cada minuto un grito "Encargado de Peluches Caja 5", "Señorita García Caja central" todo con el típico "tintontíin" como prefijo a cada mensaje. Cuando me han oido a través del móvil se han pensado que estaba en el aeropuerto.

Y es que no es necesario dar voces a 200 decibelios, con 100 es suficiente. Y un poquito de cortesía, que existe el imperativo y el vocativo y cada uno tiene su momento. Como muestra, este verano en la piscina que media hora antes del cierre sonó la megafonía y la mujer soltó: "A ver... os comento... que vamos a ir cerrando" Nos fuimos todos al vestuario con una sonrisa en los labios.