Y es que entrando en el Bourbon café, un chico me abordó. Y me saludó. Y hablamos durante cinco minutos y no tenía ni idea de quién era. Quedé fascinado por la magia de los pronombres y como usándolos puedes mantener una conversación perfectamente satisfactoria con cualquier desconocido. "¿Qué tal todo?¿Sigues currando en el mismo sitio?" "Sí, ¿Qué tal lo tuyo?"... Etc, etc...

Pero cuando nos despedimos me sentí fatal. Sentía que le había mentido, me daban ganas de volver y decirle: "Mira, no sé quién eres, dímelo y empezamos de nuevo la conversación."
Y desde esa misma noche, y tengo testigos, le he estado dando vueltas a quién leches era ese sujeto. He pensado en conocidos del cole, de la facultad, de la escuela de idiomas, de las academias de idiomas, de antiguos curros, de compañeros de curro de amigos, de amigos de amigos, de familiares de amigos... hasta que hoy... en el metro he encontrado el grupo clave ¡"Ex-novios de amigas"!
Así que Alfonso, si lees esto por un casual. Mil perdones, ya me acuerdo de tí. :)
¿Sin rencor?
2 comentamientos:
Alfonso, el de Nuria??
Cuantas veces me ha pasado a mi... Yo generalmente ponía la excusa de que... errr, que soy miope y no te reconocí :P
Publicar un comentario