La "alta" competición

Tres han sido los quejidos que no he podido evitar emitir, en el proceso de incorporarme del sofá en el que estaba tumbado para ponerme a escribir. Los músculos que me han dolido debido a las agujetas no sé cuantos han sido, pero más de tres seguro. Me lo he buscado yo, porque no puede ser que después de un verano sin ningún tipo de actividad deportiva (salvo las caminatas turísticas) pretenda jugar un partido de fútbol sala entero sin padecer después.

Así es, ante la práctica imposibilidad de encontrar rivales tenísticos contra quien demostrar todo lo que no aprendí en clase esta primavera (todos han sido captados por la secta del pádel), para no perder forma y ganar barriga, este año he vuelto al equipo de fútbol sala de mis amigos alcorconitas de toda la vida.

Al fin y al cabo, cuando uno no es un deportista de élite, la única motivación que tiene es juntarse con los amigos a tomar unas cervezas y comentar las jugadas. Nos hemos juntado 8 que teníamos esto perfectamente claro, y hemos montado el "Cholote F.S." (el nombre habla por sí solo de nuestra inmensa calidad). Con la tontería van a ser unas cañas extraordinariamente caras, porque al precio de la cerveza y las tapas, hay que sumar equipaciones, balones, inscripción y árbitros. Pero merece la pena.



Así que aunque esté hoy dolorido en el sofá y vague por la casa como alma en pena emiiendo quejidos cada vez que muevo un músculo. Disfruto con los recuerdos de los momentos de ayer. Jugadones, paradas in extremis del portero, enconadas discusiones con el árbitro, las satisfacciones de una acción bien hecha.
Es genial volver a la alta competición. Y ya el día que ganemos va a ser la leche...