(H)el arte en la calle

Un año más, Madrid se ha apuntado al carro de organizar unan noche cultural junto con otras capitales europeas. Ya lo hizo el año pasado y se ve que el que tuvo que sacar beneficios los consiguió porque no solo ha repetido, sino que se han organizado un montón de cosas.

Si bien el año pasado prácticamente todo eran "jornadas de puertas abiertas", este año casi todos los eventos incluían algún tipo de exposición especial o "performance" única para la ocasión. Así que en la noche del 22 de Septiembre la inmensa mayoría de la población gafapasta de la ciudad y gran parte de los jóvenes estándar (entre los que puede que no me creais, pero me encuentro) decidieron sustituir (o compaginar) el botellón con la cultura. Lástima de la lluvia que acompañó toda la jornada y te obligaba a helarte para ver el idem.


Por mi parte no asistí a demasiados escenarios, pero he de reconocer que lo poquito que disfruté estuvo muy bien. Empezamos asistiendo a un concierto de música tradicional japonesa en la plaza de oriente, solo que nos quedamos en la plaza de al lado comiendo un Kebab (la dieta a.t.p.c.) y no oimos nada, pero por lo visto tampoco fue gran cosa.
Moviendonos un pelín llegamos a los jardines de Sabatini, donde nos esperaba un montón de Arte Moderno en forma de esculturas variadas. Pasamos sigilosamente, el arte moderno y yo no terminamos de encajar
Y llegamos a Plaza de España, donde nos esperaba el montaje más espectacular. Todo el Edificio España con sus ventanas iluminadas con distintos colores. (ver foto adjunta) Una pasada. La frase que más se oía en la plaza era "Deberían dejarlo así siempre"

Y por último en el Cuartel del Conde Duque, mientras los gafapastas estaban distraidos viendo arte audiovisual en una pantalla gigante, nos escabullimos a el patio de al lado donde el grupo de arquitectos Basurama proponía un espacio para el descanso usando materiales reciclados. Sillones, andamios y por supuesto, la gran montaña de ropa.


Como suena, una pila de miles de prendas de ropa que la gente usaba como arma arrojadiza. La verdad es que era genial, tan pronto te sentías el más hombre lanzando unos pantalones de pana, como te encontrabas tirando sujetadores cual fan de Jesulín. Tiramos ropa (incluso de la que no era del montón), quemamos adrenalina, y para nuestra desgracia, también toda la energía que nos quedaba, así que por el 2007, dimos la Noche en Blanco por finalizada.

3 comentamientos:

Anónimo dijo...

¡¡Arte moderno!!

Mangamoncio dijo...

Yo me topé sin querer con la noche en blanco... Hora y media de atasco... Y luego, la lluvia... Calado hasta los huesos... Una hora para encontrar restaurante... En fin, una odisea. El año que viene, repito...

Ucedaman dijo...

Yo me topé sin querer... ¡Con tu hermano! La madre que lo parío qué susto me dió el tío...